El Ariocarpus fissuratus, denominado híkuli sunami o peyote cimarrón por los Tarahumara es un cactus psicoactivo de crecimiento extremadamente lento. También es conocido como peyote brujo. Produce efectos enteógenos (Bye 1979a; Ott 1979b) debido a la presencia de los alcaloides hordenina, N-metil-tiramina y N-metil-3, 4-dimetoxifenetilamina (Norquist y McLaughin 1970).
Entre algunas tribus se conoce como chaute (un término genérico para las especies Ariocarpus), roca viva o whisky seco; este último nombre, sin embargo, es a menudo utilizado para el peyote y otros cactus psicoactivos. Para los Tarahumara es sagrado, los cuales lo valoran para hechicería y los Huicholes lo consideran maligno y una fuente de locura permanente.
Las plantas adultas alcanzan solamente 15cm de diámetro después de 20 años de crecimiento. Requieren pleno sol y un buen drenaje; al igual que el Peyote, no se riega nunca en invierno. Se debe vigilar que no sean atacadas por cochinilla algodonosa.
Un reconocido chamán Huichol llamado Ramon Media Silva describe los efectos del consumo del A. fissuratus en comparación con el Peyote: «Cuando lo comes, te vuelves loco; caes en los cañones, ves escorpiones, serpientes, animales peligrosos, eres incapaz de andar, te caes, al tomarlo mueren con frecuencia al caer por los acantilados». El Huichol dice que los efectos de comer este cactus son muy peligrosos, especialmente para aquellos que no son fuertes y experimentados. El Huichol incluso dice que comer este cactus puede causar locura permanente (Furst 1971).
Este cactus prefiere un sustrato mineral. Cuando lo ponemos en maceta, hasta que no empieza a mostrar crecimiento es conveniente hidratarlo mediante pulverización. No se debe regar hasta verano, con temperaturas nocturas mayores a 20C, y nunca en otoño/invierno.
Fuentes consultadas:
- Erowid: Cacti guide.
- The Encyclopedia of Psychoactive Plants: Ethnopharmacology and Its Applications.
- Pharmacotheon de Jonathan Ott.