Peyotelandia

Cultivo de Lophophora williamsii.

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Las leyes de la preparación del sustrato

Cactus en Edabea

«Mientras más al norte esté el origen de las especie, menos componentes orgánicos debe tener el sustrato» («Coryphanta» por R. Ditch & A. Luthy).

Contenidos

  • 1 Suposiciones, definiciones y preguntas retóricas
    • 1.1 La primera suposición
    • 1.2 La segunda suposición
    • 1.3 La primera definición
    • 1.4 La segunda definición
    • 1.5 La primera pregunta retórica
    • 1.6 La segunda pregunta retórica
  • 2 Las 6 leyes
    • 2.1 La primera ley
      • 2.1.1 La tercera definición
    • 2.2 La segunda ley
    • 2.3 La tercera ley
    • 2.4 La cuarta ley
      • 2.4.1 La cuarta definición
      • 2.4.2 La quinta definición
      • 2.4.3 La primera regla
    • 2.5 La quinta ley
      • 2.5.1 Reconsiderando
    • 2.6 La tercera ley reformulada
    • 2.7 La sexta ley

Suposiciones, definiciones y preguntas retóricas

La primera suposición

Se considera que las plantas son regadas usando solamente agua de lluvia, agua desmineralizada o agua producida por osmosis inversa, de otra forma los carbonatos y sulfatos presentes en el agua dura pueden intervenir, mediante acumulación, en la modificación del pH de la mezcla.

NOTA: ¡el pH y la dureza del agua son conceptos totalmente diferentes!

¡ATENCIÓN! La acumulación de sales en el sustrato, con el tiempo, en mayor parte debido a la dureza y/o alta mineralización del agua, cambiará el pH de la mezcla, dependiendo de las sales acumuladas. Independientemente de los componentes usados en el sustrato, éste terminará transformado en una mezcla inservible. Este agua no deseable tiene una dureza mayor de 15 dGH.

Nota de Peyotelandia: 1 dGH equivale a 17,9 mg CaCO3/l y 1 ºfH equivale a 10mg de CaCO3/l

La segunda suposición

¡No es lo mismo plantar un cactus en una maceta a dejarlo crecer en condiciones naturales! No solamente las plantas en maceta están cautivas, también su sustrato lo está y, por lo tanto, no puedes comparar las reacciones del sustrato en macetas con las reacciones del sustrato «libre».

NOTA: Por condiciones naturales entendemos condiciones del hábitat… o al menos condiciones permanentes de la plantación al aire libre o en una cantidad enorme de mezcla, preparada a partir de montones de materiales.

La primera definición

En la filosofía de este artículo, a la mezcla de elementos minerales, de origen natural o producidos mediante el procesado de componentes minerales naturales, adecuados para el cultivo de plantas, y los cuales excluyen de su composición los elementos derivados de la descomposición vegetal o animal, se denomina sustrato mineral o mezcla mineral.

NOTA: en la filosofía de este artículo, una mezcla que contiene al menos un 1% de materiales resultantes de la descomposición vegetal no es un sustrato mineral. Por lo tanto el uso del término «sustrato 100% mineral» es un pleonasmo.

La segunda definición

En la filosofía de este artículo, la mezcla de elementos resultantes de la descomposición vegetal y elementos minerales se denomina sustrato orgánico.

NOTA: una mezcla en la cual la proporción de componentes minerales es superior al 60% es comúnmente llamada – en la literatura especializada en el cultivo de cactus y suculentas – mezcla, tierra o sustrato mineralizado. De acuerdo a la primera definición, y en la filosofía de este artículo, también es considerada un sustrato orgánico.

COMENTARIO: las dos definiciones anteriores son necesarias, puesto que definen conceptos diferentes para aquellos definidos en trabajos de edafología (ciencia del suelo). Por tanto, en el lenguaje de los edafólogos el término «sustrato mineral» se refiere a algo más. El término edafológico más cercano a la definición anterior es «sustrato inorgánico». Esta vez también es una aproximación en cuanto a que los sustratos inorgánicos en edafología pueden tener componentes orgánicos tal y como ocurre en la naturaleza en todas partes. De igual forma, edafológicamente hablando, el sustrato orgánico es definido de forma diferente a la de en este artículo. Después de definir los términos usados en este artículo se vuelve necesario, para poder entender la importancia de este trabajo, encontrar las respuestas a un conjunto de dos preguntas retóricas.

La primera pregunta retórica

¿Por qué es tan importante para las cactáceas este distintivo en cuestión de la mezcla de sustrato?

La respuesta puede parecer increíble: porque el órgano más importante de un cactus es su sistema de raíces. Excepto para casos raros de repentinos y fatales ataques de hongos procedentes de los meristemas, todos los demás ataques serios producidos que terminan en la pérdida de la planta comienzan en las raíces.

Por otro lado, si una planta se vuelve muy robusta y vegeta correctamente, produciendo abundantes flores y durante la temporada adecuada, esto se debe en gran parte a un sano y fuerte sistema de raíces.

El coleccionista tiene, por tanto, el interés de promover el aumento del sistema de raíces, antes de preocuparse sobre el desarrollo de todas las demás partes que crecen por encima de la tierra. Una vez que el sistema de raices está bien desarrollado la planta hará funcionar todo por sí misma en la dirección de un necesario y suficiente desarrollo del conjunto del cual está formada en las limitaciones del mundo vivo, lo que significa armonía. Además, incluso esta tendencia de las plantas de priorizar asegurándose un sistema de raíces fuerte, muestra claramente que las plantas lo necesitan.

Por lo tanto, al ser el sustrato el entorno de las raíces éste se convierte en uno de los cinco elementos cruciales en el cultivo de cactus, junto al agua, la luz, la ventilación y la temperatura.

Por supuesto en las lineas anteriores vuelvo hacia los coleccionistas, refiriéndome a plantas cultivadas en condiciones decentes y no plantas detrás de una cortina o en el escritorio, aquellas que están siendo torturadas y condenadas a una muerte inevitable, con independencia del sustrato utilizado. Con el mismo alcance, este artículo no está dirigido a productores, para los cuales estos métodos son contraproducentes.

La segunda pregunta retórica

¿Por qué siempre tenemos problemas diferentes con la mezcla de sustrato donde plantamos nuestros cactus, siempre buscando uno mejor?

La respuesta es, a primera vista, tan simple como difícil de percibir. Tenemos problemas porque – instintivamente – vemos los cactus como plantas normales, como lo son todas las que nos rodean y a las cuales estamos acostumbrados. Los cactus son, sin embargo, completamente diferentes.

Nuestro error de juicio está basado en el origen de la información que hemos recibido. Las reverencias que tenemos por el papel impreso nos previene de entender esto fácilmente. Para nosotros, la información impresa es provista por «científicos». De hecho, las cosas son totalmente distintas: botánicos, biólogos, microbiólogos (todos científicos) no cubren el cultivo de plantas en absoluto, excepto desde el punto de vista botánico, ecológico, biológico o microbiológico, en su hábitat, en invernaderos y en laboratorios. Por tanto, como resultado, los científicos escriben artículos, pero no manuales de cultivo.

Los libros conocidos sobre cactus tienen, en la mayoría de los casos, las secciones de consejos sobre cultivo escritos por… cultivadores profesionales: «Los Jardineros».

«Los Jardineros» que recibieron o coleccionaron estas plantas las han introducido primero en invernaderos, al principio como curiosidades, y más tarde como una fuente potencial de beneficios. Las han aclimatado de forma más dura o de forma más fácil, acorde a las especies y su origen, y entonces empezaron a cultivarlos, bien en el suelo, en macetas o injertados. A día de hoy todavía son cultivados como bienes de consumo. Viendo que hay un mercado, fueron buscados para crear un fenómeno. Por lo tanto, con el objetivo de vender mejor, ellos han escrito o han participado en libros sobre el tema, desarrollando en estas contribuciones las recetas de su propias experiencias, como incontrovertibles y universalmente válidas verdades. No es sólo esas verdades no son universalmente válidas, sino que incluso – al respecto de mezclas de sustrato – no son ciertas para nada.

El punto de vista de Los Jardineros y sus técnicas de cultivo fueron transmitidos de una persona a otra, de padre a hijo, de generación a generación, de maestro a aprendiz durante casi dos siglos. Entonces llegaron los cultivos hidropónicos, y con ellos la genial solución de un sustrato neutro y esponjoso: turba, fibra de coco, granulado inerte. El sustrato es neutro y no genera problemas. Lo riegas siempre que quieras, tantas veces como quieras, añadiendo los complementos alimenticios que quieras. Las plantas crecen como un Príncipe Encantador. Desde entonces, los Jardineros nunca han tenido una razón por la que pensar lo que un cactus en realidad es. Y esto es normal siempre y cuando ellos están cultivando Melocactus, Primula o una trivial Euphorbia pulcherrima, ¡el sustrato no difiere o importa! de esta forma es como funciona bien para ellos, como producen, como hacen cualquier beneficio, como continúan haciéndolo, sin tener razones para cambiar su forma de cultivar cactus, aunque con mayor frecuencia, sus plantas parecen pequeños melones o como cocos, verdes, muy verdes y muy gruesos y aparentemente muy, muy bien alimentados. Las plantas producidas masivamente difieren tanto de aquellas en la naturaleza, que algunas veces incluso coleccionistas experimentados no pueden reconocer las especies.

Cuando los cultivamos en macetas, todos olvidamos que ellos son los habitantes de entornos extremos, y ellos tienen un metabolismo (CAM) que es totalmente diferente de el de la mayoría de plantas que nos rodean. Aunque sabemos que ellos tienen intercambio gaseoso por la noche y no durante el día, lejos del sol achicharrante que chamusca, quema y seca todo durante el día, queremos que ellos se comporten – en todos los demás aspectos – como las plantas que vemos alrededor de nosotros, ¡desde que éramos niños!.

Incluso ahora, de forma paradójica, aunque el cultivo de cactus se convirtió en un hobby en todo el mundo, vemos que el consejo dado en los libros de cactus no difieren mucho a lo que podemos leer en libros escritos hace cuarenta años.

En todos los libros encontramos la misma quintaesencia de recomendaciones, con pequeñas variaciones en la forma, pero con un contenido esencial sin cambios. Siguiendo esta moda, nosotros – los entusiastas – hemos sido enseñados a ver las xerófitas como plantas normales, respetando las leyes de las plantas ordinarias, tal y como las conocemos. Pero el hecho es que las plantas ordinarias (las llamadas plantas de interior) necesitan sustrato rico, fertilizante y mucha agua. Por lo tanto, de forma constante, cuando cuidamos cactus de nuestras colecciones, olvidamos en qué entornos viven, a pesar de que sabemos esto, a pesar de la rareza de su hábitat nos atrae a ello.

La mayoría de nosotros nos esforzamos en aprender como regar los cactus, y en este contexto nociones como necesario y suficiente juegan un papel especial. Sin embargo, con respecto a las xerófitas, para muchos coleccionistas, el agua – este motor de vida – permanece como la imagen del error fatal. Parcialmente, cierto. En su mayor parte, no. De hecho, esta es la primera cosa que nos han contado… casi la única cosa que nos han contado sobre cultivo de cactus.

Tan pronto como saques el tema sobre cactus, el «entendido» que está en frente asegura que los cactus no necesitan agua en abundancia o que necesitan ser regados solamente de vez en cuando. Y, algunas veces, cuando nos cuentan repetidamente esta absurdez, constante y obsesivamente, algunos de nosotros vamos al otro extremo – que es letal para las plantas – porque tenemos que ser convencidos de que no deberíamos regarlos.

Por el mero hecho de cultivarlos, no nos damos cuenta de que primero tenemos que luchar contra todo lo que hemos aprendido antes, de padres y abuelos y, más tarde, en la escuela primaria. Para tener éxito con las xerófitas, debemos olvidarnos de que las plantas necesitan un sustrato fértil y rico y de que necesitan abundancia de fertilizantes para dar frutos más y mejor. La línea de sustrato rico y fértil absolutamente necesario para la planta y la línea con la necesidad de los fertilizantes que también el trigo y la remolacha, el maíz y la soja, modificada genéticamente o no, a nosotros nos parece que necesita, sin embargo y desafortunadamente, la verdad obvia. ¡Ambos son alguna herejía!

Todavía más, nos dicen de usar fertilizantes especiales, y nosotros, en nuestra inocencia crédula, lo hacemos así. Nosotros compramos, sin siquiera preguntarnos por qué los fertilizantes recomendados no tienen en cuenta el origen de la planta, género y especie. Para todos los cactus es recomendado el mismo tipo de fertilizante aunque, por otra parte, las prácticas de agricultura son diferentes – es ampliamente conocido que los campos de cosecha son diferenciados, dependiendo del tipo de suelo en el que cultivan y las variedades, e investigado con mucha más rigurosidad. ¿Son los cactus menos demandantes que el trigo, el maíz o la remolacha?.

No, por supuesto que no, simplemente ellos tienen distintas demandas. Por ejemplo, si se usa una correcta mezcla de sustrato, los fertilizantes son inútiles, o incluso se vuelven peligrosos, porque añadirlos a un sustrato fértil puede representar un exceso. Como verás en la sección «Explicaciones», en el mundo vivo, cualquier exceso es un factor de riesgo, incluso si éste parece beneficioso a primera vista.

De todos los tratados sobre la ciencia de los cactus y del consejo recibido de todos los productores de cactus, aprendemos que el sustrato para las cactáceas es una mezcla de ingredientes como: 33% arena gruesa (u otros ingredientes similares), 33% compost (or turba, fibra de coco, o ingredientes equivalentes), 33% de tierra de jardín (o variaciones no esenciales del mismo tipo). Dependiendo del cultivador, autor o país, el principio de 3/3/3, sin embargo, es aceptado universalmente.

A la misma vez – y del mismo tipo de fuentes – aprendemos que algunas especies, las más raras o las más difíciles, tienen que ser plantadas en un sustrato mineralizado (ver las notas de la primera y la segunda definición), pero tampoco nos dicen qué significa exactamente una «mezcla mineralizada», ni los porcentajes de los minerales ni otros datos específicos.

Lo que considero una revelación para mi – después de muchos años de experiencia y experiencias – ha sido darme cuenta de que los prerequisitos de los jardineros son esencialmente erróneos. Por lo tanto todos nuestros prerequisitos de cultivo son también fundamentalmente erróneos. Los prerequisitos que solíamos compartir con otros – especialmente con principiantes, están equivocados también. Y si asumimos que todo esto es incorrecto, ¿qué se debería hacer?

Los cactus no son – como los jardineros pueden pensar – plantas que crecen en el suelo, como… las rosas. Son plantas que – como podemos ver en la mayoría de las fotos en su hábitat – crecen entre rocas. Los cactus no son esencialmente devoradores de tierra por decirlo así, sino que son – en primer lugar – ¡devoradores de rocas!

Partiendo de estos descubrimientos, hemos cambiado la aproximación a la hora de preparar la mezcla del sustrato: a partir de ahora no necesitamos componentes orgánicos ni en qué proporción los necesitamos para nuestros cactus, pero necesitamos preguntarnos cuales de ellos necesitan componentes orgánicos… si es que quizás son necesarios.

Lo se, es difícil de entender y lo siento, pero enfatizo, una vez más, de que tenemos que olvidar todo y empezar de cero – porque lo que conocemos no cuadra con lo que estamos buscando, no así con lo que aprenderemos.

Las 6 leyes

La primera ley

Empieza siempre con una mezcla mineral a la cual añades (o no) ingredientes orgánicos, si y sólo si la planta que cultivas los necesita. Nunca partas de una mezcla orgánica mineralizada para acomodar los requisitos de la especie.

A primera vista parece que es la misma cosa, en tanto que – eventualmente – mezclamos ingredientes minerales y orgánicos entre sí. Bien, no, ¡no es lo mismo! ¿Por qué? Porque los elementos minerales y las rocas en el sustrato – de forma contraria a todo lo que se cree y es conocido entre los coleccionistas – actúan como nutrientes en el cultivo de cactus. Sin embargo, su papel está lejos de ser meramenente el de agente para soltar y fijar la mezcla y/o material de drenaje. En la naturaleza, las mezclas minerales son el componente básico de los suelos en los que la inmensa mayoría de los cactus están creciendo.

Como dije arriba, repito, y lo digo una vez más: ¡la inmensa mayoría de los cactus son comedores de piedras!

¿Cómo comen piedra? Es cierto que ellos no pueden hacerlo por si mismos, pero con la ayuda de bacterias simbióticas que viven en sus raíces, nada permanece a su paso. Las bacterias producen enzimas que disuelven las rocas, mientras la planta absorve los minerales necesarios; entonces los metaboliza por si misma y para las bacterias también. Y así, literalmente, viven felizmente incluso después de alimentarse, también literalmente, de piedra completamente seca.

Algunos grupos de cactus – no demasiados – requieren algo más, aparte del sustrato mineral. E incluso menos son los que no lo aceptan. Las especies epífitas, algunas de ellas plantas columnares muy grandes – Carnegiea gigantea y Pachycereus pringlei son sin embargo comedoras de piedras – y algunos cactus de llanuras, o cactus de bosque, o aquellos que crecen entre musgos, son aquellos que absolutamente necesitan la presencia de un componente orgánico en el sustrato.

Este componente orgánico puede ser tan bajo como un 10-15% (como con la Mammillaria senilis – la cual sin humus en el sustrato no florece) hasta el 60-80% (como con Stenocereus thurberi) siendo un componente principal de la mezcla de sustrato. De otra manera, la mayoría de las especies crecen en un sustrato mineral en el sentido edafológico del término, por ejemplo teniendo en el hábitat trazas de componentes orgánicos hasta en un 5-10%.

Algunas especies de cactus se desarrollan, sin embargo, increíblemente bien en sustratos minerales, mientras que otras – estrictamente especializadas – no pueden vivir en cautividad en un sustrato distinto al mineral.

¡No confundas una mezcla mineral con una mezcla con buen drenaje!

La confusión entre sustrato mineral, sustrato mineralizado y sustrato con buen drenaje, también empezó en los libros. La diferencia es rara vez explicada, aunque es de absoluta importancia en el cultivo de cactáceas. Un exceso mínimo de agua en el sustrato puede seguramente matar a un cactus por putrefacción en vez de dividirlo en dos. Trozos de tallos pueden ser enraizados, ¡la putrefacción no!

Como he dicho, la mezcla mineral – la usada en macetas – no tiene componentes procedentes de la descomposición vegetal. Esto no significa que una mezcla mineral es automáticamente una mezcla con buen drenaje. La arcilla – por ejemplo – es un elemento mineral, pero completamente previene un buen drenaje. Por lo tanto, de forma aplicable a las condiciones que provee una maceta, un sustrato mineral con arcilla se hace, con el tiempo, letal para un cactus. Una mezcla con buen drenaje puede tener elementos de descomposición vegetal o puede consistir en solamente esos componentes. Podemos, por lo tanto, decir que:

La tercera definición

La mezcla con buen drenaje es una mezcla que tiene la capacidad de dejar que el agua pase a través de forma fácil – independientemente de si consiste exclusivamente en componentes minerales o ingredientes exclusivamente orgánicos o ambos.

NOTA: la calidad del drenaje de las mezclas para plantas depende solamente de las características físicas de los componentes empleados y de la forma en la que reaccionan en la mezcla, sin importar si son resultantes de la descomposición vegetal o son minerales. Esta definición nos permite enunciar la segunda ley:

La segunda ley

Mineral u orgánico, una mezcla debe tener un drenaje tan bueno como sea posible. Componentes como arcilla y tierra de jardinería impiden las capacidades drenantes proporcionalmente a su peso en la mezcla.

De estas dos primeras leyes deriva una tercera, con un inmediato efecto práctico:

La tercera ley

Si no sabes qué tipo de sustrato necesita tu cactus elige, por encima de todo, una mezcla mineral con buen drenaje.

Por supuesto, hay excepciones mencionadas anteriormente que necesitarán ser consideradas: los cactus epífitos y aquellos cuyas fotos en el hábitat los muestran creciendo en bosques o rodeados por vegetación espesa – para todos estos la mezcla de sustrato incluirá los componentes orgánicos necesarios sin ninguna duda. Sin embargo, independientemente de las especies de cactus, todas las mezclas de sustrato que usamos necesitarán ser mezclas con buen drenaje. Y, para clarificar fácilmente la diversidad de la mezcla que tenemos que elegir para nuestra planta, aquí está una cuarta ley que lo establece:

La cuarta ley

Para saber como comprender cual es la mejor mezcla para una planta, necesitas saber, al menos a partir de fotos (si no de primera mano) su hábitat.

Tenemos que tener presente, siempre, otra particularidad que es importante para entender a las xerófitas. Estos habitantes especializados se encuentran en un amplio rango de tipos de suelo, desde páramos hasta en superficies completamente erosionadas, y se encuentran incluso en condiciones edafológicas extremas, como suelos excesivamente calcáreos. Llamaremos a estas últimas plantas calcícolas.

La cuarta definición

Las plantas calcícolas son plantas a las que les «gusta» la piedra caliza y soportan un sustrato de pH básico (7.2-8.8) producido por la presencia de piedra caliza.

NOTA: Ten en cuenta en término «soportan» y que describe un pH básico producido por la piedra caliza y no de otros componentes químicos.

La quinta definición

Las plantas que no soportan un pH básico (7.2-8.8) producido por la presencia de piedra caliza son llamadas plantas calcófobas.

La mayoría de las cactáceas aceptan un pH neutro, pero prefieren uno más ácido, de 6.0 a 6.8, haciendo deseable no bajarlo de un mínimo de 5.8 para la mayoría de las especies. La presencia de piedra caliza en el sustrato, dependiendo de la cantidad, tiende a alterar el pH de manera drástica, dando a la mezcla un pH alcalino, especialmente en entornos confinados como una maceta.

Otro entorno extremo se da cuando el sustrato tiene salinidad. Algunos cactus viven en las proximidades de entornos un poco salinos. Sin embargo, en la naturaleza, cuando los cactus son confrontados con dicha influencia, la cantidad de sal en la solución en la que están obligados a sobrevivir es relativamente pequeña, comparado con los valores normales soportados por las plantas verdaderamente halófitas. Algunos cactus, como el Turbinicactus lophophoroides, son forzados a aguantar inundaciones con agua salada. Otras especies crecen en playas o en las dunas de arena bajo la influencia de la rociada del agua marina. Sin embargo, estas son excepciones y esto no significa que haya especies de cactus que requieran sal para un cultivo adecuado. Así, el uso de sal (NaCl / KCl) – y no sales genéricamente hablando – está completamente contraindicado. Esa es la razón por la que el uso de arena de las costas de mares y océanos puede ser peligroso especialmente para plantas en maceta, por el hecho de que esta arena puede contener sal e, incluso peor, no podemos saber cuanta, porque no todo el mundo se puede permitir un equipo especial de laboratorio para analizarla. Sin embargo hay soluciones: algunas personas recogen arena de las orillas próximas a aguas saladas y muy saladas pueden retirar las sales de sodio, potasio y magnesio de la arena enjuagando repetidamente con agua fresca. Mientras más salina sea el agua más enjuagues serán necesarios.

La primera regla

En cultivo, los cactus no tienen un comportamiento halófito – ¡ellos NO PUEDEN desarrollarse adecuadamente en un entorno salino! ¡el uso de la sal sólo tiene lugar como práctica para el propósito de la investigación/experimentación y Dios prohibe usarlo para cultivo!

Estaba diciendo que la arena de cara al mar es salada. Sin embargo, con mayor frecuencia también consiste en trozos afilados de conchas o coral pulverizado por el agua, lo que significa que no solo añade sal sino también materiales calcáreos.

Sin embargo, coleccionistas informados, que han llevado a cabo experimentos, son capaces de usar con gran éxito para sus plantas estas «especias» ricas en sales minerale – sin embargo, es y sigue siendo una práctica desaconsejada para principiantes… sobre todo porque no es realmente necesario.

Como estaba diciendo, no todas las plantas soportan piedra caliza. La adaptación a la piedra caliza es una especialización extrema, algunas veces incluso fascinante. Pero como cualquier extremo, puede causar problemas. Por lo tanto, para evitar sorpresas, aquí está la quinta ley:

La quinta ley

¡Ninguna planta necesita piedra caliza en el sustrato! El cultivador puede, sin embargo, necesitar – algunas veces – añadir piedra caliza en la mezcla.

Me extenderé un poco en este tema, no solamente porque es interesante, sino también porque es muy controvertido, incluso entre gente que tiene una gran experiencia en el cultivo de especímenes de cactus exquisitos.

Las plantas que crecen en piedra caliza o suelos calcáreos son plantas con un alto grado de especialización que ganaron una adaptación específica – son resistentes al pH altamente alcalino del suelo. Esta especialización les ha ayudado a ganar un nicho ecológico, donde no pueden ser enfrentados por muchos competidores. Sin embargo, al volverse especializadas, ellas han perdido la habilidad de sobrevivir en una batalla competitiva – en entornos comunes – con plantas que no han ganado esta especialización y, por lo tanto, ellas no tienen que competir fuera de las áreas que han conquistado, por ejemplo los lugares donde han sido originadas.

Cuando compiten con otras plantas, hay por supuesto especies que exhiben una mayor tolerancia a la piedra caliza y una mayor adaptabilidad que otras. Las especies Thelocactus son un interesante ejemplo respecto a esta consideración, porque se encuentran en distintos hábitats, alcanzando desde un extremo hasta un más indulgente y aparente de forma que crecen bien en todas estas situaciones.

Pero, el hecho aislado de que ciertas plantas se caracterizan por dicha adaptabilidad al pH alcalino, no significa que no se sientan fenomenal – a corto y medio plazo – en suelos ricos con un pH ácido. El problema que se presenta, sin embargo, es el crecimiento aberrante que la planta consigue en esas condiciones. ¿Por qué este crecimiento? Simplemente porque en presencia de un pH alcalino, otorgado por la piedra caliza, esto actúa como un inhibidor de crecimiento.

Por tanto, sin estar controlado por un inhibidor, la planta se desarrolla a su tamaño potencial en vez de a su tamaño natural. El crecimiento excesivo – como si fueran hinchados – lleva no solo a la pérdida de la apariencia específica de las plantas, sino que contribuye especialmente hacia su debilitamiento frente a factores bióticos y abióticos con los cuales las plantas están en continua competición. Este fenómeno de competición es más aparente en nuestras macetas que en la naturaleza de la que proceden estas plantas. Bajo estas condiciones, las plantas se vuelven irreconocibles, perdiendo su forma compacta, los colores específicos de la epidermis, la espinación particular, etc. Una herida se cura de forma mucho más difícil y las infecciones ocurren con mayor facilidad. Un ataque de ácaros o insectos es más dañino al ser la epidermis más fina y las células más «frágiles». Una repetina y accidental bajada de las temperaturas es más difícil de soportar, porque el sistema de raíces no está apropiadamente desarrollado. La exposición al sol es más difícil de tolerar debido a la masa celular hipertrofiada y la epidermis sensible. Y podemos seguir poniendo ejemplos, siendo múltiples.

Pocos cultivadores dicen que las plantas necesitan piedra caliza. La mayoría dice que añadir piedra caliza a la mezcla para las plantas es estúpido y – con todo el sentido – parecen tener razón.

Como seres vivos, es verdad que las pobres plantas no necesitan – de ninguna manera – la presencia de estas piedras calizas, ya que pueden obtener el aporte de calcio de varios otros minerales. Aunque… la cal es recomendada y es requerida, en el caso de las plantas calcófilas, para que no parezcan distorsionadas. Las plantas que crecen en áreas de piedra caliza son como bonsais naturales. Con la falta de piedra caliza, ellas se convierten en lo que podrían haber sido, y no en lo que se supone que son. Se convierten en plantas con un desarrollo espectacular. Sin embargo, por demasiadas decenas de miles de generaciones, ellas están luchando con la piedra caliza en su entorno y están, genéticamente, entrenadas para crecer de cierta forma. Si sus condiciones del entorno son demasiado poco severas, el crecimiento se vuelve muy rápido y poco sano, la planta se va volviendo – y lo digo de nuevo – muy sensible, y probablemente será sacrificada a la primera enfermedad o ataque de parásitos. Puedes hacer fácilmente un paralelismo entre estas plantas y los pollos de granja engordados con hormonas, para ser sacrificados en seis semanas. No se espera que esas aves de granja puedan vivir otro año si continuaran con ese régimen en el que son cebadas solamente para consumo, y por lo tanto, las aves de granja de los criadores son mantenidas en condiciones diferentes y siendo alimentadas de forma completamente diferente.

Reconsiderando

Para el bienestar a largo plazo de las plantas calcófilas, el cultivador está obligado a inhibir el desarrollo, añadiendo piedra caliza.

NOTA: En gran parte, y sin convertirse en una declaración generalizada, las plantas de Sudamérica son calcófobas, mientras las plantas de Norteamérica son calcófilas; de las plantas de Norteamérica, hay algunas que crecen en casi prístinos sustratos calcáreos.

OBSERVACIÓN: en la opinión del autor, las plantas en una colección de cactus deberían parecer tan cercanos en apariencia como en su hábitat, lo cual es un estándar que ha resultado de la identificación y diagnóstico de nuevas taxonomías y pasado a las plantas coleccionadas.

Esto me obliga a hacer una corrección a la tercera ley, cuya completa representación puede ser entendida solamente ahora:

La tercera ley reformulada

¡Si no sabes lo que tu cactus necesita, elige, por encima de todo, una mezcla mineral con buen drenaje y libre de de piedra caliza!

  • Si la planta «lo desea», ¡añade humus a la mezcla!
  • Si la planta «aumenta» demasiado, ¡añade piedra caliza!

La sexta ley

El equilibrio de una mezcla de sustrato es dado por los pesos de los principales componentes minerales – con o sin piedra caliza – y respectivamente por los ingredientes orgánicos añadidos, y por la porosidad del conjunto, también.

Traducción de Peyotelandia – en construcción – del artículo «The Stone Eaters». Cortesía de la revista Xerophilia.

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