Hay muchos tipos de maceta en el mercado. Aunque en semilleros se suelen usar macetas de plástico cuadradas de 7x7x8cm, las más adecuadas para el cultivo de Lophophora son las de barro cocido (Terracota). Es conveniente evitar las macetas de barro vidriado (como las verdes o la azul de la foto) o de nuevos materiales sintéticos las cuales, aunque pueden valer, no son las más adecuadas ya que no transpiran.
El barro cocido sin tratar presenta una serie de ventajas con respecto al plástico o la fibra de vidrio para el cultivo de Lophophora. La naturaleza porosa de este material permite el paso del aire y del agua a través de las paredes de la maceta; esto promueve un crecimiento sano de las plantas dificultando que se pudran las raíces facilitando un secado rápido del sustrato y un buen drenaje, necesario para el cultivo de Lophophora.
Hay que tener en cuenta que este material es susceptible al frío y a la humedad, por lo que es conveniente resguardar debidamente a la planta en caso de que la temperatura baje de los 10ºC. En invierno la Lophophora es conveniente ponerla dentro de la casa para su período de descanso.
Cómo elegir una buena maceta
La maceta ideal para lophophora debe tener cierta profundidad para el desarrollo de las raíces, un poco más anchas por arriba, buen agujero para drenaje y ser de barro cocido de calidad sin tratar, con paredes gruesas y de color marrón rojizo. Las mejores que he encontrado en el mercado son las denominadas «Maceta tipo hongo», la número 6 es perfecta, es la más pequeña de las que se pueden apreciar en la foto anterior.
Tamaño ideal maceta
Es conveniente elegir una maceta de tamaño proporcional a nuestro (o nuestros) cactus, evitando que sea excesivamente grande, lo que repercutirá en un secado del sustrato más lento. Para cactus ya crecidos con raíz napiforme se recomienda usar sustrato mineral.
En caso de usar macetas de plástico negras, nunca poner al sol directo ya que se cuecen las raíces, se debe evitar con malla de ocultamiento y cubriendo las macetas de papel blanco.